martes, 5 de noviembre de 2013

«El cóndor de la pluma dorada», de Blanca Miosi

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Siempre me emociona leer libros donde se nota el esmero del autor por documentarse bien y a fondo, y que de todos modos tenga su propio enfoque y estilo. Quizá a algunos les moleste el anacronismo de estos personajes, comportándose como cualquier reparto de telenovela.

Pero ya lo dijo Orson Scott Card, cuando hablaba sobre su famoso «Ender's Game», que la verdad verdadera del mundo mundial no se encuentra en el texto, ni en las ideas y vivencias del autor que no quedaron traducidas en letras, ni en la lectura del público que acarrea sus propias expectativas y necesidades, sino en la interacción de esos tres factores. La verdad sobre los incas es la realidad que siempre falta retratar en cualquier libro de historia: los grandes héroes y líderes planean y actúan, y aún así el destino de todo un pueblo puede girar sobre los caprichos de una ama de casa o de un obrero, ya que la concatenación de esas ambiciones nimias e insignificantes puede descarrilar hasta a la gran locomotora del destino de un pueblo. Así lo expresó Frank Herbert, y así lo retrata Blanca Miosi en esta novela, que más bien parece una carta de amor llena de melancolía, dirigida a todo lo que pudo ser.

Acostumbro leer varios libros al mismo tiempo, pero llegado a cierto punto de la historia, tuve que hacer a un lado el resto de mis lecturas para disfrutar como es debido de esta novela.

D

«Dimitri Galunov», de Blanca Miosi

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Podría decirse que este libro pertenece a la corriente de la ciencia ficción «suave», ya que trata más que nada sobre las diferencias entre dos grupos humanos: los presentes y los futuros. Quizá a más de uno le cause un poco de comezón entre las cejas el acercamiento tan simplificado del viaje en el tiempo y la sociedad futura.

Pero este libro no tiene como enfoque ese enamoramiento con los detalles tecnológicos tan común en las historias de ciencia ficción «dura», sino más bien explora las relaciones entre los personajes que la integran.

Podría uno argumentar que una sociedad futura tan avanzada como la que Blanca Miosi retrata en este libro es para todo fin práctico ajena a la condición humana actual, de manera completa y total. De que fuera posible viajar al pasado, un viajero en el tiempo pudiera retroceder apenas unas cientos de años al pasado y llegaría a encontrar un mundo alienígena y confuso al que no podría adaptarse; cuánto más si fueran miles de años… Pero creo que el logro principal de esta novela es argumentar de manera entretenida y ágil que la condición humana sufre pocos cambios en sus fundamentos, y que cosas como la esperanza y el amor no conocen el paso del tiempo.

Pasé un rato agradable las pocas horas que me tomó leer este libro hasta su final. Dicha lectura rápida no fue por prisa, sino por la habilidad de la autora al escribir una trama que arrastra de las solapas al lector y se lo lleva a rastras, desbocado, hasta llegar al desenlace.

D

domingo, 20 de octubre de 2013

¡Más de 25 000 visitas al blog!

Agradezco a todos los que han tenido la amabilidad de pasar al blog. Espero contar con su presencia otras 25 000 ocasiones.

Esto me inspira a escribir una divagación filosófica… Ya regreso al rato.

D

sábado, 5 de octubre de 2013

Coqueteando con la Pedantería

Coqueteando con la Pedantería

El señor zoquete, antiguo compañero de foros literarios, tuvo la gentileza de publicar una reseña de mi novela, Mister N. En ella, expone con amabilidad uno de los puntos más débiles de esa publicación: la segunda parte de la novela tiene una densidad idiosincrásica que puede resultar apabullante… Aunque es posible que simplemente sea la organización torpe del material, de parte del autor de la novela.

Juro que pensé indispensable esa estructura de la segunda parte, para evitar revelar demasiados secretos antes de crear un buen nudo dramático en la novela. Aunque confieso que me divirtió bastante configurar semejantes laberintos. ;)

Agradezco mucho la amable lectura y la reseña.

D

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Así se me va la vida

Aposento hay en el alma, refugio fuerte,
donde uno sane rancios amores…
hasta el próximo.

Dije con cautela; hablas sin tapujo;
aun así pareciera desmán:
la mejor defensa, mi mudez.

Y cada rosa en mis manos solo sabe de púas;
y así se me va la vida:
intuición que te irás aína.

Pero que mi afonía te haga partir, sería ingente yerro;
por lo tanto, te comparto aquel aposento
y he aquí mi alma, saja al gusto.

Y por eso aprieto los ojos —igual me da, con todo lo visto—
y así se me va la vida,
y eres la única que lo sabe.

Prefiero entonces tu compañía, si se me permitiera el voto;
pero también la decisión es tuya
y he aquí mi alma, saja al gusto.

D




lunes, 9 de septiembre de 2013

«Hondo vacío», de Fernando Castellano Ardiles

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Confieso que me choca un poco cuando alguien describe un texto como «cinematográfico». Hágame el bendito favor: ¿a qué se refiere? Lo digo porque para mí algo cinematográfico es lo que tiene descripciones toscas y diálogos melodramáticos, y que solo sabe demostrar sensibilidad en lo visual.

No, yo opino que textos como el de esta novela no son cinematográficos, sino que son ágiles y solo conducen a la meditación hasta haber recorrido a paso raudo el sendero delimitado por el autor. Uno se afianza al protagonista y al antagonista y realiza la travesía narrada de principio a fin. Es al recordar lo leído que uno tiene tiempo para pensar con deliberación dónde se conectaron las letras leídas con el alma propia.

Al señor Castellano lo he conocido desde hace tiempo en foros literarios y en blogs. En mi opinión, sus textos siempre tienen un dejo de mexicanismo, aunque en tiempos más recientes haya adoptado un español más internacional. Junto con esa idiosincrasia al relatar las cosas, Castellano también tiene la facilidad de narrar desde un punto de vista…, digamos que «inocente», por no saber describirlo mejor. Es difícil para muchos autores no contaminarse a sí mismos con el conocimiento previo de lo sucedido y lo venidero en su propio relato, y siempre se les nota un aire de superioridad o de jactancia al revelar los hechos pertinentes a la trama. Fernando no lo hace así, sino que pareciera que hasta a él mismo lo sorprenden y emocionan las revelaciones de su propia novela.

De los detalles que más disfruté de esta novela, está la idea –que comparto y hasta he escrito al respecto en mis propios cuentos— de que la educación escolar tradicional es deficiente en su aplicación, y abandona a la individualidad de los pupilos. Me gusta también el concepto general de la novela, de que nadie sabe a dónde va si no conoce de dónde viene. Hay hondos vacíos en el alma y, aunque muchos nunca sanen, la única manera de alcanzar la plenitud en la vida es a través del contacto humano, y del afecto que se da y se recibe. Para mí, esto último es lo mejor que se puede aprender de la novela Hondo vacío.

D

domingo, 18 de agosto de 2013

Apología: Mister N

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Dice en la nota del autor: «Cuando escribí este cuento, era para mis niños y bla bla bla…».

Bien, es cierto que la primera parte de este libro lo escribí con mis hijos en mente. Pero desde esos entonces, ya había estado pensando en incluir conceptos que me rondaban en la cabeza sobre la epistemología, el existencialismo, la burocracia y el escepticismo, por mencionar unos pocos. También en esos entonces había estado leyendo sobre la teoría de Miguel Alcubierre sobre el viaje más rápido que la luz con propulsión warp, sobre la paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen y sobre la energía de punto-cero. Obvio, que muchos de estos conceptos quedaron incrustados en este cuento que se supone era para niños.

También, desde la primera parte ya estaba ensayando un poco en escribir una narrativa fracturada entre el presente y el pasado. Esta estructura me inspiró a llevarla a sus extremos en la segunda parte, El viaje en Trineo. Consta de tres secciones bien definidas: el pasado muy lejano, de hace más de diez mil años, que cuenta la tragedia de los Espacialeros y el papel que el Trineo jugó en ese desastre; el pasado en la vida de Niklavs, en el cuarto siglo de nuestra era; y los raros sucesos de este último año en curso. Fue necesario contar las tres tramas al mismo tiempo para evitar desvelar demasiado pronto algunos puntos importantes que dan mayor peso al nudo dramático, y que colocan al desenlace como una posibilidad congruente con el resto del relato.

Los temas subyacentes de la historia son varios y muchos de ellos complejos, que requerirían ensayos completos para desarrollar el tema plenamente. El reto era incluirlos en un relato «para niños» de la manera más natural posible. Por ejemplo, el lector debería llegar a entender que la comuna de androides alienígenas, los El!kves, sirven de alegoría de la experiencia humana actual en las sociedades occidentales modernas. Trabajan sin cesar, obedecen a una autoridad que no les queda claro en absoluto si tiene sus mejores intereses en mente y que no es fácil de identificar, y pasan los días con la única esperanza de alcanzar el siguiente orgasmo. Van de distracción en distracción, realizando labores nimias, inundados de un desasosiego por no conocer su propósito real en la vida, sin siquiera poder articular estos pensamientos para sí mismos. Su tragedia mayor es que no son sino el reflejo de la personalidad de Niklavs, y su ansiedad por no saber sus orígenes ni su destino proviene de las inquietudes comunes de un ser humano. Niklavs se ha convertido en el ícono de su angst, pero en lugar de deificarlo, lo han convertido en mera mascota.

¿Qué decir sobre Niklavs? En esta novela me esforcé por lograr humanizarlo, sobre todo al reducir los milagros por los que es famoso a una talla más prosaica y menos divina. Era importante mostrar que, a pesar de que todos esos milagros que se le adjudican se han reducido a sucesos verosímiles, Niklavs tuvo esos logros por decisión propia y porque sus intenciones eran nobles. Creo yo que una vez despojado de ese manto de misticismo, es posible ver a Niklavs como un héroe mayor que cualquier santo. Es con ese personaje con el que más exploré los conceptos del existencialismo y el humanismo, sin olvidar ni un momento que Niklavs sí operaba desde un punto de vista religioso y de fe.

También exploré en esta novela el concepto de la persistencia de la memoria, y cómo define la creencia de que los humanos son más que la simple suma de sus partes: cada humano existe en la intersección de sus memorias con la realidad. Una versión simplificada de este concepto es el surgimiento del Transporte como entidad nacida de la concatenación de agentes emergentes en sus procesos computacionales. Me parece que la cognición, una vez alcanzado cierto nivel de complejidad, invariablemente conduce a la conciencia.

Existen todavía otros cuantos temas esotéricos que intento explorar con esta novela, pero lo más importante para mí, como escritor, era crear un texto ágil y divertido, que hiciera a los lectores perdonarme por tanto meningitismo pretencioso. Creo haberlo logrado, hasta cierto grado. Como despedida, les voy a revelar un «huevo de pascua virtual» sobre la novela. McCammy, el «PiratElfo», a pesar de ser tan chocante y nunca cooperar con el resto de la comuna, tiene uno de los mayores rangos. El número uno es McElroy, el líder. El dos es McColm, jefe de seguridad. El cuatro es McEnnis, el chef. Pero McCammy, el grosero, es el número tres. ¿Qué trabajo tiene en la comuna? La única pista sobre esto aparece en la segunda parte de la novela.

Respuesta: McCammy es… ¡el adjunto de seguridad! Háganme el favor… A buen árbol se arriman los pobres elfos.

D

viernes, 9 de agosto de 2013

Primera reseña para «Mister N»

El autor Manuel Navarro Seva tiene un don especial: sabe dilucidar el meollo del asunto. Sin más, es una aptitud que personas como yo no tenemos. Muchos nos andamos por las ramas y nos distraemos con las apariencias.

En la reseña que Boris Rudeiko (seudónimo de Mister Navarro) hizo de Mister N, nos pregunta si el libro es para niños. «Sí y no», contesta. Fabuloso, porque es exactamente así: es un libro para todos los niños, sin importar su edad o qué tan adentro de los años vividos exista dicho niño dentro de uno.

Los invito a que pasen por el blog de Boris Rudeiko, para que puedan leer la reseña completa.

D

domingo, 4 de agosto de 2013

«Cuentos bajo el fuego», de Edgardo Benítez


Cuentos bajo el fuego, de Edgardo Benítez

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Fue una muy grata sorpresa leer este libro de Edgardo, que conocí en foros literarios primero y luego en las redes sociales. Digo que sorpresa porque yo anticipaba un libro de relatos similares a los que recordaba haber leído antes con su firma, pero no en vano han pasado los años, y las cualidades innatas de escritor han florecido en ramilletes fragantes y de colores vivos, mientras que las ocasionales transgresiones contra la santa RAE se disuelven en el fondo del lago del olvido.

Para comenzar, debo confesar que no estoy de acuerdo con el prólogo. Comprendo que es una apreciación personal de la autora del prólogo, pero su comentario me predispuso a pasar por los cuentos con una actitud distinta a la que se asentó en mí al final de la lectura: mientras que el prólogo me aconsejó a pasar por cuentos rebosantes de imaginación extravagante, la realidad de la lectura me dejo felizmente atónito ante cuán cerebral resultó la experiencia completa.

Hubo dos indicaciones de cuánto disfruté de este libro. Para comenzar, hoy en la mañana me disponía a dormir (trabajo de noche), cuando pensé en hojear el libro de Edgardo. Vi el índice y pensé que me tardaría unos días en leer veintiún cuentos. Pero media hora después maldecía mi suerte, porque setenta y pico páginas se me hicieron pocas. A falta de más, tuve que leer de nuevo los cuentos que más me gustaron. No voy a comentar uno por uno aquí, pero quiero dejar constancia de que, cuando finalmente concilié el sueño, la cebra insistía en apoderarse del edredón.

La segunda indicación de que me gustó este libro es algo menos personal, pero más subjetivo. Cuando puedo hacer comparaciones con los íconos culturales modernos, quiere decir que algo me gusta… Claro, a menos que esté siendo irónico, pero no es el caso aquí. Recuerdo que Stephen King escribió sobre su libro Pesadillas y alucinaciones (Nightmares & Dreamscapes) que en su familia se hicieron un reto para que cada uno de ellos eligiera una ilustración que inspirara un cuento. Bueno, todo lo contrario me sucedió con los cuentos de Edgardo: sus cuentos me rellenaron las meninges de imágenes estrafalarias, que entre más incoherentes y descabelladas, más se parecían a mi vida personal.

Las imágenes bonitas que Edgardo me pintó en las sienes se parecen más bien a las vidas ajenas…

D

sábado, 3 de agosto de 2013

«Nevsky Prospekt», de Manuel Navarro Seva


Nevsky Prospekt, de Manuel Navarro Seva

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No me gustan las autobiografías. Siempre me parecen trabajos de ficción con aspiraciones a melodramas televisivos. Me parece que siempre tienen motivos ulteriores, y por eso me imagino que solo dicen la mitad de lo que sucedió en realidad y se inventan la otra mitad, dando como resultado que en realidad no existe semejante autobiografía, sino solo alguna caricatura de mal gusto.

Tampoco me gustan los libros de viajes. La perspectiva general es el comercialismo y la ostentación, ya sea al pregonar los sitios turísticos de más alcurnia o los ardides más descabellados para recorrer continentes completos en el menor tiempo posible y de la manera más económica posible, y poder presumir de ello, sea lo primero o lo último.

Lo curioso es que este libro sí me gusta, con todo y que es autobiografía y libro de viaje, con sabor a relato corto. El autor tiene razón al dudar si es una novela o no, porque no lo es, en el sentido más estricto de las definiciones literarias: es demasiado verosímil y personal como para que se le considere ficción. No obstante, las divagaciones personales y las descripciones casi monográficas de St. Pete son demasiado caprichosas como para ser útiles como simples guías para viajeros. Es entonces esa cualidad iconoclasta que se engulle al lector completo, casi sin su consentimiento.

Los que hemos tenido la suerte de conocer a Manuel Navarro Seva en foros literarios, sabemos del estilo peculiar y envidiable de sus textos, que saben existir completamente en el presente, y de su ojo microscópico para los detalles cotidianos que a muchos se nos escabullen fugaces en la memoria. Esos cuentos siempre me dieron la impresión de ser un estilo de ensayo existencial al mismo tiempo de impartir lecciones morales de contrabando, de manera subliminal, casi.

Lo que más me impresiona es la manera sutil y casi desenfadada con la que Manuel puede transmitir ese abismo de soledad de quien ha sido desarraigado de sus pagos queridos y transplantado por completo a sitios desconocidos, sin siquiera el consuelo de un lenguaje común para amainar la inevitable murria por patria y hogar. Como lector, uno vive y sufre esos largos meses junto al narrador, sin dificultarse en lo absoluto proyectar los propios miedos y ansiedades por lo desconocido en las letras de Manuel.

Quizá algún lector se sienta insatisfecho de no encontrar sucesos tremebundos o trascendentales, o un desenlace a ritmo de Micheal Bay. Pero quiero decirle a esos lectores que, al igual que un viaje verdadero, lo más importante de este libro es el trayecto recorrido al lado de Manuel, y el destino final es solo otro punto en el itinerario.

D

lunes, 29 de julio de 2013

«Del Miedo y otras Islas: Certezas», de Esther González

«Del Miedo y otras Islas: Certezas», de Esther González


Este es un cuento bastante interesante. No es común ver en los cuentos cortos este estilo de acercamiento, que denomino «cronología asimétrica», y que tiene una perspectiva múltiple. El narrador no es el chocante omnisciente de tantos cuentos inferiores que insisten de manera histérica en relatar todo pormenor y detalle, sino se reduce a un simple testigo de los hechos, sin condescender ni un instante a ofrecer sus opiniones, aunque en ocasiones parezcan adivinarse de cualquier manera. El enfoque cambia en cada sección, ora el narrador, ora alguno de los personajes, y el laborioso transcurrir de la vida de los protagonistas, segundo a segundo, queda a cargo del lector.
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Para comenzar, me agradó bastante que hubiera «efectos especiales», al estilo de las publicaciones modernas, como las de Stephen King, ya que el cuento comienza con una imagen literal: el mensaje escrito en la arena. De nuevo sale a relucir la gran labor de diseño gráfico evidenciada en la publicación. También es interesante ver que en muy contadas ocasiones sale a relucir algún regionalismo, aunque muy leve, ya que el texto está escrito en español internacional, en su mayor parte. Por ejemplo, dice al comienzo que la protagonista giró para mirar al mar y vio «del revés» el mensaje, aunque lo más común es que uno dijera que «al revés».

Irónicamente, Esther es autora de muy buenos artículos sobre el uso correcto de las comas, publicados en la revista literaria Prosofagia. Hay algunas instancias en las que estoy seguro de que, acompañados de café (o mate), podríamos discutirlas por horas, sin llegar a convencer ni convencerse del punto de vista ajeno… Ni del propio. Solo encontré una de las temidas comas obligatorias faltante, y se lo dejo de tarea a los tan avezados lectores de este libro.

Este no es un cuento feliz. No es de los tan populares de reafirmación de la esperanza en la vida, ni nada así sensiblero, o de unicornios y arcoírises. Las certezas que nos presentan en el texto son las que agobian al alma que habita en soledad y en desesperanza, y que muchas veces llegamos a cobijarnos con ellas como último recurso o refugio ante el pozo negro y profundo de la incertidumbre del futuro. Del miedo, toda su presencia se deja sentir en cada una de las escenas que integran el cuento: el miedo a las repercusiones sociales, el miedo al rechazo, el miedo a la aceptación… Es el último el mayor de ellos, que a muchos nos impide pasar a la luz.

D

jueves, 25 de julio de 2013

Now available in Kindle!

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Hot off the presses! The English version of "Mister N" has been published in Kindle. Priced attractively at only $1.99, the Amazon Prime users can also borrow it for free!

I wish to thank effusively everyone who gave me a hand in accomplishing this project, especially "pepsi," for her spectacular work in the cover design and the mobi formatting for digital release. Also, I thank Alejandro Franco for the fabulous cover artwork. And I want to thank my wife and children, for putting up with me throughout all these years in which I've been writing the tale and planning to publish it.

D

¡Ya está en Amazon Kindle!


¡Salidito de la imprenta! Bueno, de la virtual, digo. Ya está disponible en todos los sitios web del mundo de Amazon Kindle mi nueva novela, «Mister N».

Cuesta apenas $1.99, y los usuarios de Amazon Prime pueden tomar prestado un ejemplar gratis.

Agradezco a pepsi su gran ayuda para traducir el formato digital y por el diseño de las cubiertas. Agradezco a Alejandro Franco la fabulosa ilustración de Niklavs y McCammy. Y agradezco a mi esposa e hijos que me hayan soportado todos estos años que estuve escribiendo y planeando esta publicación.

Ahora, a esperar doce horas para el lanzamiento de la versión en inglés.

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miércoles, 24 de julio de 2013

La recta final

¡Faltan doce horas para que la versión en español de «Mister N» esté disponible en Amazon Kindle!

Quiero agradecer de forma pública a «pepsi», por haberme ayudado a diseñar la portada y a traducir el texto en formato mobi para su publicación. Sin ella no hubiera logrado publicar el texto tan pronto, ni se hubiera visto tan bonito.

D

sábado, 20 de julio de 2013

«Del Miedo y otras Islas: Marooned», de Montse de Paz

Del Miedo y otras Islas: Marooned


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El término inglés marooned se refiere a quien ha sido abandonado o aislado, a menudo por naufragio. Este cuento nos presenta a una pandilla de seis muchachos, unos más niños que otros, a quienes la marea ha traído algunos mensajes en botella. El texto es bastante agradable de leer y, como los buenos relatos, nos deja con más dudas que respuestas. En particular, a mí me complació de gran manera no saber a ciencia cierta quién es el marooned: ¿será el autor de los mensajes misteriosos?, ¿serán los niños?, ¿será el lector?

El texto tiene un tono narrativo muy refinado. Cuando es el narrador quien nos habla, la prosa es precisa y moderna. Cuando son los niños, el lenguaje es apropiado para sus edades, con todo y regionalismos. El que escribe los mensajes en botella tiene su propio tono narrativo. O sea, cada quién según su cada cual.

Es necesario mencionar que el autor usa el «espacio negativo» de manera juiciosa y artística. Por ejemplo, nunca revela cosas que serían imposibles de saber a menos que uno fuera omnisciente, como los motivos del aislamiento del individuo que manda los mensajes en botella. No obstante, con lo dicho a través de los niños, los mensajes y la narración, el lector puede imponer sus propias suposiciones sin recurrir a ninguna idea estrafalaria o poco factible. O tampoco es necesario que nos explique hasta el cansancio el entorno social de los niños, y que como sea llegamos a comprenderlo. Todo en las islas, y en las letras que las animan, cabe en nuestro mundo real. No se requiere sacar a relucir a ningún Deus, y la machina es invisible. O natural.

En algunas ocasiones, que un autor sea famoso o galardonado no asegura la calidad de sus cuentos. En esta ocasión, me alegra sobremanera poder decir que con este cuento uno entiende sin esfuerzo alguno que Montse de Paz haya ganado el premio Minotauro en el 2011. No le encuentro bemoles a este cuento, y de haber alguno, sería solo por mi deseo de saber el resto de lo sucedido. Talvez lo único que me faltó como lector es algún tipo de desenlace. Creo que esta temática del coming of age, de los ritos de iniciación, quedó por siempre ejemplificada en mi mente por el Stand by me, de Stephen King… Pero digo lo anterior por envidia, quizá: ¿quién no aspira a la simplicidad de la verdadera elegancia en la prosa, como la de este cuento?

D

viernes, 19 de julio de 2013

«Del Miedo y otras Islas: La Salvadora», de Jesús García Lorenzo

Del Miedo y otras Islas: La Salvadora

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El título de este cuento de Jesús García Lorenzo hace referencia al navío descrito en el texto, una goleta del Siglo XVIII. Este cuento sí tiene más sabor a historia de terror o de misterio, pero es también un acertijo que no estoy muy seguro de que se pueda adivinar. Al contrario, me parece que, en gran parte, el valor del texto se deriva de saber que existe un misterio insondable.

En mi opinión, el mensaje que me traen estas letras es que no importa cuantas capas de urbanidad y sofisticación recubran a uno: el miedo por lo extraño y lo desconocido es más que atávico, es algo fundamental en el ser humano. Por lo tanto, cabe preguntarse si fuere posible que el miedo por sí mismo pudiera resultar mortal.

Quizá a alguno le pareciera que este relato deja muchos cabos sin atar, o que le resulta confuso el desfase del final, pero más bien pareciera que esas tangentes narrativas inexploradas añaden verosimilitud al texto. La vida real es así mismo: uno nunca llega a conocer todos los derroteros. Y el final me agrada como lector, porque da paso a mayores reflexiones sobre lo que fue real o lo que fue imaginado por el protagonista. Me gustaría pensar que, de todo lo relatado, todo sucedió. Me complacen esos tipos de paradojas en la lectura.

Como en otras ocasiones, hay algunos detalles del relato que no me cuadran, pero que muy bien podría ser por culpa de mi propio estilo, que se entromete hasta en mis lecturas. Por ejemplo, el tono tranquilo y metódico de la narración se me antoja inadecuado para describir la angustia extrema del protagonista. Pero muy bien podría ser mi sensibilidad casi periodística, heredada de Hemingway y Carver, supongo.

También, casi en cada página del relato aparecen instancias donde a las partes corporales las acompañan pronombres posesivos, cosa del habla común, pero poco usual en la escrita. Claro, existen comas de más y de menos, como es de esperarse. Por ejemplo, en la primera oración del texto dice: «… adecuados para trayectos cortos pero aun así cómodos». Creo que cuando una oración subordinada es adversativa, la coma es obligada antes del pero. Hay otras instancias que me causan comezón en las comas, pero me parecen más discutibles y mejor no las menciono aquí.

Aprovecho la oportunidad para de nuevo felicitar al encargado de la maquetación de este libro, por un trabajo bello. Pero, canalla que soy, como con otros libros, también colecciono algunas cosillas que se escaparon por allí, como duendecillos maliciosos. Cosas nimias, que solo me divierten por mi insano gusto por el schadenfreude, y mejor ni las nombro.

Dicho lo anterior, fue una lectura amena, aun cuando ya hayan sido varias veces que he leído el cuento.

D

domingo, 14 de julio de 2013

Coming soon!

"Mister N" is a novel in two parts: "Mister N" & "Sleighride," by Daniel A. Franco.

Niklavs, of Santa Claus fame, has a problem: he is losing his memory a little bit at a time. It would be fine, something to be expected of old age, were he notseventeen hundred years old!

He spends all his time in the company of 100,000 elves and the Sleigh. But there's something very whacky about them…

Who are they? And who is Niklavs? What's been going on for the last seventeen hundred years? Well, he ought to know, but he just can't remember!

Find out if he can survive his quest to regain his memories! Coming soon to Amazon Kindle!




El señor N es una novela en dos partes: El señor N y El viaje en trineo, por Daniel A. Franco.

Niklavs, el afamado Santa Clós, tiene problemas: está perdiendo su memoria poco a poco. Y estaría bien, sería algo anticipado al envejecer, ¡si no fuera porque tiene mil setecientos años de edad!

Se pasa todo el tiempo en compañía de cien mil elfos y del Trineo. Pero hay algo bastante chiflado sobre ellos…

¿Quiénes son? ¿Y quién es Niklavs? ¿Qué ha estado sucediendo durante los últimos mil setecientos años? Bueno, pues él debería saberlo, ¡pero no lo recuerda!

¡Entérese si podrá sobrevivir la búsqueda de sus memorias! Próximamente en Amazon Kindle.

D

Andaba de parranda…

Cierto, he tenido el blog bastante abandonado. Pero conste que es por buenos motivos: estoy preparando las ediciones en inglés y en español de mi novela El señor N, para publicarlas en Kindle. Pronto tendré listo también un blog dedicado a la novela, con enlaces y todo. También voy a preparar un book trailer, para la promoción.

Ya pronto, en serio. Mi esperanza es que todo esté listo para el final de julio. Ya veremos.

D

domingo, 23 de junio de 2013

El poema más corto

Acabo de escribir un poema muy corto. No sé si deba explicarlo, porque cada quién sacará sus conclusiones y no todas coincidirán con la mía, seguramente. Bueno, aquí se los dejo:

Título: Sobre el más allá y la persistencia de la memoria

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Gracias por su atención,
D

viernes, 10 de mayo de 2013

Irma

Cada vez que pienso en ella, pienso sobre la vida: la vida que eligió el día que se enamoró y comenzó a forjar un hogar.

Ha de haber sido difícil tanto cambio: de niña a mujer, de muñecas a maternidad. Mas nunca temió pues tenía la certeza de la dicha venidera.

Y nosotros, los niños de su vida, nos ponemos de pie para alabarla por su amor, por su fortaleza, por su caridad, por todos sus actos. Y por lo que significa ella para cada uno de nosotros.

No obstante, sabemos que la vida al final nos mandará por sendas lejanas. Pero el amor permanecerá.

Gracias, Madre.

D

Esta es una traducción de una canción que compuse hace más de veinte años. Nada ha cambiado desde entonces. Basada en Proverbios 31:28.


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lunes, 22 de abril de 2013

«Del miedo y otras islas: Tsoenami», de Fernando Castellano Ardiles

La palabra tsoenami es la transliteración al alemán del vocablo japonés 津波, que literalmente significa «ola de puerto». El narrador de este cuento nos presenta sus recuerdos sobre un evento catastrófico que definió su vida desde ese momento. Me gusta la alegoría general, que mientras uno se encuentre aislado, en actitud meditativa, las olas de la vida pueden llegar y borrar en el transcurso de pocas horas todo lo que significara algo para uno, dejándolo desamparado el resto de la vida, buscando significado a algo que quizá solo sea un tonto momento de mala fortuna.

Ya antes había tenido el placer de leer textos de Fernando, en su encarnación como Gothian. No obstante, se nota que el texto de Tsoenami pasó por tanto tamizaje editorial que me parece muy apenas encontrarle el sabor mexicano que a menudo colorea sus otros textos. No es algo negativo, puesto que el resultado es un texto pulcro y cuidado, pero le falta un poco de ese je ne sais quoi que me recordaba a Gothian. En fin… Hay tres selecciones del texto que me causan comezón en la ceja izquierda, y dudo que sean incorrectudes de la escritura en español, pero vale la pena comparar el estilo propio al del autor del texto, para aprender cada vez más sobre este arte de la escribida.

Entiendo que el idioma español es muy dado a incluir incisos explicativos, y se regodea en el uso de oraciones complejas-compuestas. No obstante, creo que ese recurso es mejor usado durante momentos de divagaciones o extrapolaciones idiosincrásicas del autor, en lugar de usarlas durante las descripciones. El texto dice: «… la balsa que había construido, sin ayuda, Azah». Me supera el concepto de saber necesario ese tipo de rodeo. En mi aptitud prosaica yo hubiera sido más directo, perdiendo quizá el tono lírico: la balsa que Azah había construido sin ayuda.

Un poco abajo dice: «… adquirido un nuevo significado; caminaba más erguido; hablaba menos». Recuerdo en algún foro literario el comentario de que algunos signos de puntuación tienen una inflexión casi existencial en la mente del lector. Los punto y comas son como una vuelta de 90º en la lectura. Yo veo ese fragmento como una serie de situaciones existenciales del hermano, como un listado, pues, y solo requeriría ponerle comas. O al menos así me parece.

Casi al final del cuento me encontré una oración que me parece incompleta: «Soy mayor que mi padre la última vez que lo vi». No sé por qué, pero me parece que debería decir «… que mi padre era».

Como ya lo comenté, este texto está bien escrito, y es un cuento que invita al lector a meditar largo y tendido sobre hasta qué punto –en la vida de cada quien— el miedo es parte integral de todo lo malo… y también de todo lo bueno.

D

domingo, 7 de abril de 2013

"Del miedo y otras islas": crítica impresionista

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para comprar el libro en Amazon.

En su segunda antología, Del miedo y otras islas, el colectivo literario La Tribu 11 de nuevo propone un tema común para sus cuentos y relatos: el temor. Pero no piense el lector que se enfrentará en exclusiva al género de lo sobrenatural o del horror, aunque algo haya de eso entre sus letras. No, el lector se sorprenderá de hallarse frente a un espejo disfrazado de autorretrato.

Este libro me recuerda al álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, octava grabación de larga duración del grupo The Beatles. Pero no se precipite nadie a gritar «¡herejía!» y a salir por las calles a demandar mi linchamiento. No, permítanme explicar: Cuenta la leyenda que Paul McCartney insistió en que el álbum fuera ejecutado como una sola pieza de arte, un conjunto coherente de canciones que apoyaran al tema central, y que se basara más en la expresión artística de sus filosofías que en el ánimo de lucro. Los otros tres integrantes dijeron «sí, ajá, cómo no», y compusieron y grabaron lo que se les dio la gana, de todos modos. Quizá solo tres de trece canciones tuvieron un tema central… El mejor resumen del asunto lo pronunció Ringo Starr, diciendo que al final el álbum funcionó como se lo habían propuesto por el simple hecho que así lo declararon ellos, y el resto del mundo se los creyó. El éxito fue que, más allá de ser una obra de arte, el álbum pasó a formar parte del Weltanschauung de la cultura popular occidental. 

De igual manera, creo que esta antología es similar. Tiene su tema central, pero el miedo es algo tan intrínseco de la humanidad, que se encuentra presente en cualquier cuento o relato, sin importar de lo que se hable. Y el libro tiene el potencial de convertirse en parte del léxico de quienes se dedican a la escritura como expresión de su arte.

Comenzando desde el diseño y maquetación de la edición, esta antología demuestra un cariño especial por las letras. Es evidente la gran pasión por la literatura que orilla a los diversos autores a compartir textos en los que el buen hacer escritoril es obvio. Merece especial mención el arte demostrado en la presencia física del libro, con sus mapas, ilustraciones y uno de los índices mejores logrados que haya visto a lo largo de las décadas que he leído cientos de libros por el simple placer de leer. En esta era moderna, cuando la lectura ha sido comercializada y, por qué no decirlo, bastardeada por el fácil dispositivo de la virtualidad, que le da la oportunidad a textos inferiores y deficientes de alcanzar al público en general, es un bálsamo para el alma del lector entusiasta encontrar un libro que no solo es bello a la vista, sino que contiene textos escritos con pulcritud y esmero, y que tienen un mensaje más allá de su trama. En conjunto, esta antología trasciende la mera crónica de sucesos y asciende al estrato enrarecido de la Literatura moderna en español.

No es posible amar la lectura y pasar por alto este libro.

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domingo, 24 de marzo de 2013

Han raptado mi nombre…

Bueno, no es cierto. Resulta que el foro Prosadictos tenía su URL registrado como prosadictos.com, pero olvidé reanudar la suscripción (o sea, no pagué la cuota) y ahora resulta que alguien que vende productos se apropió de ese nombre y lo está usando para dirigir a quien acceda a esa dirección a un sitio distinto.

Para aquellos que quieran seguir acompañándonos en el foro, este es el enlace para accederlo:


Disculpen la confusión, y voy a intentar resolver la situación pronto.

D

viernes, 15 de marzo de 2013

Apología: Nick Diaz

Ya, lo sé muy bien, tenía muy abandonado el blog. He estado todavía con muy pocas ganas de leer y escribir, y en su mayor parte creo que tiene que ver con la falta de angst. Por lo general, cuando estoy en etapas de angustia o ansiedad, es cuando mejor escribo. Bah, a veces a uno le patina el coco, ni modo…

Pero hoy vengo a hablar sobre el peleador de Artes Marciales Mixtas (MMA, siglas en inglés) Nick Diaz.

Este sábado, en la promoción de Ultimate Fighting Championship 158 Nick se enfrentará al campeón de los pesos wélter y… Bueno, en el mundo de las MMA las clasificaciones por peso son un poco distintas que en el boxeo o lucha libre. Los pesos wélter en MMA tienen como límite el peso de 170 libras (77 kilos).

En fin. Resulta que el campeón es el canadiense Georges St. Pierre, y es el prototipo de lo que un peleador debería ser: es apuesto, con un cuerpo de Adonis, respetuoso, un pilar de la comunidad. En contraste, Nick Diaz es un hombre sin filtro entre el cerebro y la boca, se expresa de manera muy pobre, tiene cara de muy pocas pulgas y muchos menos amigos. No obstante, de entre los dos, mi favorito es Nick Diaz. Tiene un estilo de pelear muy emocionante: siempre ataca, siempre trata de terminar la pelea ya sea por knock-out o por sumisión de su oponente.

A Nick lo tachan de irrespetuoso e irreverente, y es cierto. Pero no creo que haya nadie más sincero y con menos ganas de ser violento que él en ese deporte, valga la ironía. Donde algunos peleadores tienen arrestos y cometen delitos de violencia en sus vidas personales, Nick es casi un santo, al menos en ese aspecto.

De hecho, su mayor tara es la gran ansiedad social que sufre. No puede conectarse con el público en general, y vive en un estado continuo de semi paranoia, donde el mundo entero está en su contra y nada es su culpa. Es bastante lastimoso ver cómo su falta de elocuencia y su incapacidad de empatizar con los medios informativos crean la percepción de que es un ser humano despreciable. En realidad, es un ser humano deficiente, quizá hasta a un grado patológico, y merecería la pena saber si algún tipo de psicoterapia pudiera ayudarlo a librar la brecha que lo separa del resto del mundo.

Pero me pregunto si un Nick Diaz rehabilitado pelearía de nuevo en MMA… Lo más probable es que sería más feliz como maestro de Jiu-Jitsu Brasileño (es cinta negra en esa disciplina) y dedicado a su pasatiempo favorito: los triatlones. Así es: Nick Diaz es un tipo muy recio, siempre en gran condición física, tanto así que cuando no está entrenando para pelear, se pasa el tiempo libre en competiciones de triple disciplina: carrera en bicicleta, a pie y de natación.

Ya veremos qué sucede mañana. Es cierto que en las peleas de MMA lo inesperado siempre puede suceder. No obstante, creo que mi peleador favorito está destinado a perder mañana frente a uno de los mejores peleadores de todos los tiempos, de cualquier peso: Georges St. Pierre, campeón por siete veces consecutivas.

Les dejo un vídeo, para que conozcan a Nick Diaz, que quizá no veremos ya más en el mundo de MMA después del sábado.

D

lunes, 4 de febrero de 2013

Actualización de mi sitio web de autor

Acabo de actualizar mi sitio web de autor. Ya están incluídas todas mis publicaciones y las reseñas de mis textos. Si gustan visitarme, estoy en este enlace:
http://proseoplasia.wix.com/levedesliz

domingo, 20 de enero de 2013

Apología: "lama sabachthani?"

Al autor Javier García no tengo el gusto de conocerlo en persona. Vive a cientos de kilómetros de distancia, en otro continente. Pero la virtualidad ha sido bondadosa, y me ha permitido conocer su faceta creativa, artística. En foros literarios y sitios sociales he tenido la fortuna de compartir textos con él, a veces compartiendo opiniones y a veces discrepando. Así fue como un día recibí su invitación para participar con un cuento fantástico para su antología. Podría tratar de sonar noble y decir que me atrajo la idea de participar en un proyecto que beneficia a "Save The Children". O tal vez fuera mi obsesión insana por obtener lectores a toda costa lo que me hiciera aceptar gustoso. Supongo que ambos motivos formaron parte en mi decisión de participar. No importa. El hecho es que la antología Leyendas de la caverna profunda es un proyecto importante, donde participan autores de renombre… y hasta yo.

Mi participación es un cuento de fantaciencia. Ocurre en un planeta alienígena bastante decrépito. Y aunque pareciera demasiado estrafalario y… bueno, por qué no, fantasioso, juro que no está escrito a lo tonto, solo por el gusto de escribir algo extravagante. De hecho, es un cuento que me obligó a pensar largo y tendido sobre los detalles que NO aparecen en el texto.

A menudo los escritores novatos piensan que todo debe explicarse, y que si los lectores no pueden entender las referencias internas y culturales de un texto, entonces no está bien escrito el cuento. No es así, en lo absoluto. Un autor debe imaginar cuanto más sea posible el mundo donde se lleva a cabo su relato. Si el autor no puede convencerse a sí mismo que ese mundo es real (por más imaginario que sea) nunca convencerá a sus lectores lo suficiente como para que tengan una conexión con sus protagonistas.

Para comenzar, el título es una referencia bíblica (Mateo 27:46, Marcos 15:34 y Salmos 22:1): «… ¿por qué me has abandonado?». El escenario es un planeta muy antiguo en órbita de un sistema doble de estrellas, que son la gran mayoría en el universo (nuestro Sol es bastante anormal en su soledad). Se sabe que es un planeta muy antiguo porque toda la superficie es desértica y no hay cuerpos de agua libre y los metales puros son muy escasos. Tiene tres lunas, y la combinación con la órbita compleja alrededor del sistema binario da como resultado grandes tensiones gravitacionales que mantienen al planeta en un estado de volcanismo continuo. Durante el desarrollo de la trama llegamos a sospechar que las formas de vida presentes en el planeta son artificiales. Parece que era un planeta desértico donde seres de otra dimensión (o quizá espíritus) llegaron de algún otro sitio o existencia, y descubrieron que podían manipular la materia. Eso condujo a que muchos de esos seres prefirieran imbuir su ser adentro de la materia. Algunos de ellos crearon seres vivientes. El proceso emergente dio paso a la conciencia, y algunos de esos seres vivientes desarrollaron inteligencia social. Pero porque fueron creados con la esencia de seres espirituales, mantienen una conexión espiritual con el mundo, y algunos tienen un sexto sentido que les permite manipular el medio ambiente por medio de magia, por llamarle de alguna manera. Pueden «bendecir» los alimentos para que no envenenen con su radioactividad (producto de la irradiación de dos soles y la decrepitud de los elementos químicos tan viejos) y pueden escuchar a los espíritus que moran adentro de la materia y que les dicen si algo es cierto o falso. Hay otros que crecen fuertes y grandes y se dedican a la protección de su tribu. Los líderes saben por los mismos medios espirituales cuál crío tendrá una o otra aptitud. Y todos son hermafroditas, con personalidades varoniles. Aparte, son ovíparos.

El estilo de este cuento es japonés, como las mangas y los anime, donde se describe bastante acción y el desarrollo de los personajes se demuestra en pequeños momentos de introspección. En ese mismo estilo es costumbre dejar el desenlace abierto, sujeto a la imaginación de la audiencia. El protagonista casi siempre es un paria, que al final resulta tener aptitudes extraordinarias que eran un secreto, y que le permitirán realizar hazañas increíbles.

Pero mi propósito principal de escribir este texto era crear un mundo alienígena, con personajes que no fueran antropomorfos en lo mínimo, con condiciones de vida que no existan en nuestro planeta, y aún así obligar al lector a establecer vínculos emocionales con ello. Eso se logra con el problema existencial del planteamiento. El relato establece el momento de descubrir que existe un dios, que uno ha sido creado con un propósito más allá que la felicidad propia, y que ese propósito es nefasto. Es un dios oscuro, envidioso, vengativo…

¿Por qué me has abandonado? La pregunta se refiere al hecho de que hay momentos en que la vida destruye toda ilusión y esperanza.

A quien nunca se haya sentido así en su vida, lo felicito por su suerte inaudita.

Y lo odio un poco.

D

domingo, 13 de enero de 2013

Apología: "Sin la mosca"

En la antología Prosadictos Relatos publiqué el texto «Sin la mosca». Tenía como propósito principal escribir un relato (es decir, una narrativa con personajes que no necesariamente se definen dentro del mismo texto y con una trama que no necesariamente sigue el arco de exposición-nudo-desenlace) que no solo tomara al lector de la mano y le dijera «mira esto y esto y esto» sino que lo agarrara de las solapas o lo tirara del cabello, y lo arrastrara de principio a fin un tanto desbocado. Esto lo hice como crítica en contra de los bestsellers de moda, como la serie de «50 sombras» y de «Twilight», que poco parecen contribuir al avance del idioma y de las letras. O al menos esa es mi humilde opinion de ellos. La crítica en realidad no es en contra de los autores de semejantes bagatelas literarias (eso sería pura envidia por el éxito obtenido), sino en contra de los lectores. Es decir, ¿en realidad este es el tipo de textos que gustan de leer? ¿Prefieren relatos que no requieran introspección ni agilidad literaria? Entonces tomen: he aquí un texto rudo y veloz que no contribuye en nada a las letras elegantes. ¿No es lo que les gusta comprar?

Para lograr expresar este punto de vista, pensé que la manera más adecuada sería armar un relato de ciencia-ficción. Uno necesita algún dato interesante sobre avances científicos o tecnológicos y uno hace extrapolaciones sobre el tema. Nada que sea demasiado estrafalario, sino que parezca estar a la vuelta de la esquina. Entonces pensé en la teletransportación y la superconducción. Ambos temas son hechos reales en la actualidad, aunque todavía no tienen aplicaciones en la vida cotidiana. A quien le interesen estos temas, hay bastantes reportes en la virtualidad al respecto.

A lo anterior uno debe añadir una buena dosis de tensión romántica o sexual, y también ponerle una pizca de delirio de persecución. Nada más fácil: escriba usted sobre un hombre y una mujer, e incluya organismos gubernamentales o corporativos clandestinos y voilá: lista la receta.

Yo siempre he creído que un autor tiene la obligación de escribir sobre lo que le nazca en el alma. Es necesario redactar con precisión y pulcritud, y hacerlo de una manera interesante y entretenida. Pero lo más importante sobre la escribida es tener una idea clara del motivo o propósito social del texto. No se trata de contar historias interesantes. Para eso existen los abuelos. Se trata de arrear a punta de fuete a la tortuga del idioma y de moldear la opinión del lector. Si no, ¿para qué escribir o para qué leer si hemos de continuar impasibles?

D

jueves, 3 de enero de 2013

El blog «Necesidad y azar» comenta

Esther, muy conocida en esto de la escribida por haber sido de la directiva del famoso foro Prosófagos y por ser parte de la directiva actual de la revista literaria Prosofagia y del grupo literario La Tribu 11, tuvo la amabilidad de comentar la antología Prosadictos. Visiten a Esther en su blog «Necesidad y azar»




Relatos Prosadictos



En esta primera antología del foro Prosadictos se puede disfrutar de once relatos, obras de otros tantos autores, relatos muy diversos entre sí salvo en la atracción que despierta su lectura.
Luego de haber finalizado el libro pensé que, para escribir sobre él, me gustaría seguir otro orden que el que ofrece; utilizar un hilo personal para tejer las historias. Una suerte de hilo de Ariadna que comienza en Entre tú y yo (Mónica Bezom): un texto profundamente introspectivo, poético, que discurre entre el mundo de la vigilia y el onírico, un relato al que hay que leer dejándose llevar, sin intentar imponerle un ritmo propio a la lectura.
¿Luego? Luego, Huesos de cristal (Zacarías Montano), un relato ya con estructura de cuento, pero un cuento que parece responder con precisión a su título: una historia fantástica cuyos huesos son de cristal, una historia hecha de liviano, delicado y frágil esqueleto de cristal, que se recorre de puntillas, por miedo a quebrarlo.
Ya aquí regreso a Entre tú y yo, a releer un fragmento que, aunque extraído de su contexto, bien puede ser considerado como premonitorio del resto de la antología:
«Un poco más alejado, un hombre vende lienzos de colores; los ha tendido en hilos apenas visibles y, no sé por qué, se me antojan ilusiones errantes condenadas a la soledad de losarenales.»
El hilo de Ariadna me conduce a través de ilusiones imaginadas que, en el fondo, se refieren a aquellos que padecen (o padecerán) una soledad creada por sí mismos o por la sociedad en la que viven. Uno a uno, los cuentos que siguen se desenvuelven en una realidad reconocible como propia o ajena, pero siempre realidad reconocible. Los narradores, a veces trágicos y otras veces irónicos, desgranan qué le sucede a nos, los Homos, cuando nos aferramos sin medida al miedo, la muerte, la ambición, los recuerdos, o cuando chocamos con lo estatuido, lo reglamentado, lo políticamente correcto. Así, siguiendo mi hilo, arribo a La sentencia (Fernando Hidalgo Cutillas), donde se despliega, con maestría y alrededor de un hecho simple y casual, una espiral de miedos individuales y sociales cuyo final no puede ser otro que amargo.
Tras haber partido de lo poético y de la fantasía y atravesado los páramos de la realidad, en el otro extremo del hilo llego a Sin la mosca(Daniel Franco), un cuento de ciencia ficción con todas las de la ley, y con esto me refiero a que el cuento posee eso que hace de la ciencia ficción un género incomparable: una idea que abre ventanas en la mente para permitirle expandirse más allá del mundo conocido, y, al hacerlo, comprender mejor el mundo conocido.
Al finalizar el recorrido vuelvo atrás para citar una frase de El lugar adecuado, el momento preciso (Vanessa Navarro Reverte):
«Sencillamente porque quería alcanzar la muerte, no sobrepasarla.»
Una frase que habla de Ana, sus lugares y momentos, pero que, con independencia a su historia, también es una de las más bellas que haya leído en los últimos tiempos.



Y, fiel a mi idea de que un libro es más que su contenido, mis felicitaciones a Daniel Franco por haber ideado y coordinado esta antología (tarea nunca sencilla), recomendable por la calidad de su contenido y también por la de su presentación.

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